{Penelope, con su bolso de piel marron, y su zapatos
de tacon y su vestido de domingo.

Penelope, se sienta en un banco del anden y espera que llegue el primer tren meneando el abanico.

Dicen en el pueblo que un caminante paro su reloj una tarde de
primavera, adios amor mio no me llores volvere, antes que de los sauces caingan las hojas.

Piensa en mi volvere por ti
pobre infeliz se paro tu reloj infantil una tarde plomiza de abril
cuando se fue tu amante se marchito en tu huerto hasta la ultima flor no hay ni un
sauce en la calle mayor para penelope.

Penelope, triste esa fuerza de esperar tus ojos parecen brillar si un tren silba
a lo lejos.
Penelope uno tras otro los ve pasar mira sus caras les oye hablar para
ella son muñecos}