Según el informe del NIH, fumar marihuana permitiría disminuir la elevada presión del líquido del ojo que se produce en quienes padecen glaucoma. Este vegetal también ha demostrado ser capaz de disipar cierto dolor resistente a los analgésicos convencionales, característicos de aquellos que padecen esclerosis múltiple, al igual que las náuseas experimentadas por las personas que son sometidos a agresivas sesiones de quimioterapia.
Por último, los reportes del NIH y de la British Medical Association sugieren que la conocida característica de la marihuana de despertar el apetito, podría ayudar a los enfermos de SIDA que sufren una gran pérdida de peso, al colaborar en la difícil tarea de recuperar la masa muscular perdida.
Para cumplir con los tratamientos arriba mencionados, en los Estados Unidos está a la venta el Marinol, un medicamento que contiene una versión sintética del principal principio activo de la Cannabis sativa: el THC (delta-9-tetrahidrocanabinol).
"La planta de la Marihuana contiene más de 460 componentes activos, de los cuales más de 60 tienen la estructura carbono-21 típica de los canabinoides", comentan al respecto los doctores Lester Grinspoon y James Bakalar, profesor adjunto de Psiquiatría y profesor de Derecho de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, respectivamente, ambos autores del libro: "Marihuana, la medicina prohibida".

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