El tema conmigo fue que siempre puedo tener ideas diametralmente opuestas y aún asi estar en equilibrio conmigo misma. Puedo pensar que tal cosa es una degeneración y al mismo tiempo darle una vuelta de tuerca y madurar que quizá no es tan mala. Tener sentimientos opuestos respecto personas, actividades y opiniones.
Me cuesta mucho definirme, supongo que a todos nos cuesta. Siento una razonable envidia por aquello que tienen las cosas tan claras... Aunque eso mismo me provoca también un poco de rechazo y me suena 'aburrido'.
¡Ahi lo tienen! casi sin querer, un clarísimo ejemplo de lo que decía antes: empece diciendo que tenía envidia de quienes pensaban claramente, y terminé escribiendo que me resultaban aburridos y que prefería quedarme en mi estado de confusión permanente. Nunca me decido. Conmigo siempre hay sorpresas. Me descubro diciendo que me gustan cosas que jamás probé o que nunca se me hubiera ocurrido probar. Me encuentro haciendo cosas que nunca se me hubieran cruzado por la cabeza(...)
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