Y te condena mi celoso corazón cuando le contás tu historia, nunca conocio la gloria en cuestiones del amor. Y sé que nunca se me va a olvidar tu voz, aunque pierda la memoria, con acercarse a la victoria se conforma un perdedor.
Y te tendré que dejar escapar, sé que lo voy a lamentar, pero te digo:
amor, hay que saber cuando parar.
No te pongas triste corazón, que el sol no va a brillar, quedate tranquila que va a haber tiempo para bailar.
No sé cuantos ángeles te quieren ayudar, pero tengo la esperanza que ninguno va a poder desnudarte, no de cuerpo sino de alma, disfrutar ese placer.

No hay comentarios: