La rebeldía es el equilibrio: el cabello de un color que no es el propio, enredado de sermones; la aguja que precede al arete con sangre de oreja; un perfume de cigarro humeado en los pantalones rotos y en la playera oscura que tiene la imagen de una calavera con mal humor; el recibo telefónico, golpe a la economía familiar; las caricias rechazadas, los caprichos que se vuelven obligación; las fallas, errores y defectos que no se aceptan; las respuestas lacónicas; un carácter que tampoco se entiende por sí mismo y una etapa tan extraña en la vida, tan extraña, que duele. El equilibrio de la adolescencia es la rebeldía.
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1 comentario:
asuuu eso lo escribiste tu??
ta chvr
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